24 de mayo, 2024

La CIJ le ordena a Israel que detenga “de inmediato” su ofensiva militar en Rafah y eleva la presión sobre Netanyahu

El máximo tribunal de la ONU se pronunció sobre la guerra en Gaza, aunque es poco probable que el gobierno de Netanyahu cumpla con el pedido

LA HAYA.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de las Naciones Unidas, ordenó este viernes a Israel que detenga “de inmediato” sus operaciones militares en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza. Si bien es poco probable que Israel cumpla con dicha orden, aumentará la presión sobre un país cada vez más aislado.

En la lectura del fallo, el presidente de la CIJ, Nawaf Salam, dijo que las medidas provisionales ordenadas por el tribunal en marzo no abordaban plenamente la situación actual en el asediado enclave palestino, y que se habían cumplido las condiciones para una nueva orden de emergencia. 

El gobierno de Benjamin Netanyahu debe “detener de inmediato su ofensiva militar y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah que imponga a los palestinos de Gaza condiciones de vida que puedan provocar su destrucción física total o parcial”, afirma el histórico fallo.

El tribunal respaldó una petición sudafricana de ordenar a Israel que detenga su ofensiva en Rafah, al afirmar que era “el último paso en la destrucción de Gaza y su pueblo”, una semana después de que Pretoria solicitó la medida en un caso en el que se acusa a Israel de genocidio. La CIJ no se ha pronunciado sobre el fondo de esa acusación -podría tardar años-, pero ha rechazado la petición de Israel de desestimar el caso.

Israel lanzó este mes su asalto a Rafah, obligando a cientos de miles de palestinos a huir de una ciudad que se había convertido en refugio para cerca de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de la población. La ciudad, en el extremo sur de Gaza, ha sido también la principal vía de entrada de ayuda, y las organizaciones internacionales afirman que la operación israelí ha aislado el enclave y ha aumentado el riesgo de hambruna. Para el gobierno de Netanyahu, la ofensiva en Rafah es clave para lograr su objetivo de destruir a Hamas.

Las críticas a la conducta de Israel en la guerra en Gaza han ido en aumento, incluso por parte de su aliado más cercano, Estados Unidos, que advirtió contra una invasión de Rafah, donde cientos de miles de palestinos han buscado refugio de los combates en otros lugares. Y sólo esta semana, tres países europeos -España, Noruega e Irlanda- anunciaron que reconocerían un Estado palestino, y el fiscal jefe de otro tribunal de la ONU solicitó órdenes de arresto para líderes israelíes, junto con funcionarios de Hamas.

Netanyahu también está bajo fuerte presión interna para poner fin a la guerra, que se desencadenó cuando el grupo terrorista Hamas lanzó un inédito asalto sobre Israel en el que sus milicianos mataron a 1200 personas, la mayoría civiles, y secuestraron a unas 250. Miles de israelíes se han unido a las manifestaciones semanales pidiendo al gobierno que llegue a un acuerdo para devolver a los rehenes a su país, por temor a que se acabe el tiempo. La ofensiva de Israel, en tanto, ya dejó más de 35.000 en el pequeño enclave palestino.

Si bien el fallo de la Corte Internacional de Justicia es un duro golpe para la posición internacional de Israel, la corte no tiene una fuerza policial para hacer cumplir sus órdenes. 

El CIJ es el máximo órgano de la ONU para conocer de los litigios entre estados. Sus fallos son definitivos y vinculantes, pero en el pasado han sido ignorados. En otro caso, Rusia ha ignorado hasta ahora una orden judicial de 2022 para detener su invasión a gran escala de Ucrania.

En marzo, en su fallo más fuerte hasta ese momento, el tribunal había ordenado a Israel que dejara de obstruir la ayuda humanitaria a Gaza a medida que se extendía el hambre, y pidió al país que aumentara el número de cruces terrestres para suministros y brindara su “plena cooperación” con la ONU.

Israel ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de genocidio, alegando ante la corte que sus operaciones en Gaza son en defensa propia y están dirigidas contra los militantes de Hamas que atacaron Israel el 7 de octubre.

Un portavoz del gobierno israelí había declarado antes de conocer el fallo que “ningún poder sobre la Tierra impedirá a Israel proteger a sus ciudadanos y perseguir a Hamas en Gaza”.