El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, llegará a la Argentina el 14 de agosto, horas después de que se conozcan los ganadores de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
En el Gobierno creen que la visita del segundo de Donald Trump se transformará en una presión más para el oficialismo, que aspira a ganar los comicios de octubre para «profundizar» los cambios que propone la administración de Mauricio Macri.
La visita será en el marco de una gira por América Latina entre el 13 y 18 de agosto que, además, incluye a Colombia, Chile y Panamá.
Del encuentro entre el funcionario estadounidense y Macri, participarán la vicepresidente Gabriela Michetti y un grupo de empresarios de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham).
Según un comunicado de la Casa Blanca, Pence espera profundizar los lazos bilaterales de comercio e inversión con la Argentina así como la cooperación en seguridad e infraestructura.
La idea es trabajar sobre tres ejes que le interesan a Estados Unidos: la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, las relaciones comerciales y el caso Venezuela.
A su vez, la Argentina quiere apuntalar el tema comercial referido a las exportaciones de limones y carnes a Estados Unidos así como las inversiones posibles que pueda existir de capital norteamericano en el país.
También se especula desde el Ministerio de Justicia que Pence pueda dar más señales de colaboración de la justicia norteamericana en el caso de la investigación por coimas de la gigante Odebrecht en su ramificación en Washington y la Argentina.
El viaje se anunció la semana pasada, durante la Conferencia sobre América Central de economía y seguridad. «Los estadounidenses tenemos un lugar especial en nuestros corazones para las naciones y la gente de América Central, especialmente el triángulo norte de Guatemala, Honduras y El Salvador», había señalado Mike Pence en un comunicado.
La confirmación formal de la fecha elegida por el funcionario de los Estados Unidos llegó el jueves a la Cancillería argentina. Si bien fue una casualidad que la escala en Buenos Aires coincidiera con la jornada postelectoral, la visita pone al oficialismo en una situación de presión por el resultado de la misma.
Cabe consignar que una eventual victoria de Cristina Kirchner sería el peor de los escenarios para el gobierno nacional e incluso los mercados del mundo, que buscan señales de continuidad.