Los radicales hicieron pie en Villa Giardino para alinearse y llegar al consenso de cara a las elecciones legislativas de este año. No faltaron cruces internos y pases de factura, pero coincidieron en la necesidad de ponerse firmes para formar parte de las decisiones del gobierno de Cambiemos.
La premisa del encuentro quedó clara desde el inicio. «Necesitamos formar parte contundentemente de la matriz de las grandes decisiones. Y desde ese lugar cuidar al Gobierno y al Presidente, como muchos de su propio palo no lo cuidan», vociferó el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en la apertura.
Tras considerar que «no hay espacio para más errores» planteó que la Unión Cívica Radical es «la fuerza que tiene que devolverle la política al gobierno nacional». Aunque también deslizó hacia dentro del espacio: «Dejemos de ser viudas lloronas y hagamos gestiones de política».
En una línea similar se había pronunciado el presidente del foro de intendentes, Ramón Mestre, quien no dio lugar a las dudas sobre la pertenencia a la coalición. «No hay plan B. Hay que reafirmar la identidad partidaria para enriquecer Cambiemos», aseguró.
Morales fue el único gobernador presente ya que sus pares de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de Entre Ríos, Ricardo Colombi, viajaron a Estados Unidos con la comitiva nacional en busca de fondos. Ernesto Sanz, el llamado ministro sin cartera, faltó porque estaba en España con Mauricio Macri. Por la tarde llegaron, los ministros de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y de Defensa, Julio Martínez. Algunos esperaban que el ministro de Comunicaciones, el cordobés Oscar Aguad, hiciera una aclaración a raíz del convenio del Estado con Correo Argentino, que consideran que «mancha al partido directamente», pero no se presentó. También dio el presente, en un llamativo gesto político, el ex ministro de Hacienda, Alfonso Pray Gay. En total, más de 500 dirigentes se pasean por los jardines del hotel entre los veraneantes en traje de baño.
El esquema del evento estaba diseñado en paneles temáticos con especialistas. El primero fue sobre política y para evitar confrontaciones, se acordó un momento de discusión, para que los distintos sectores que habían preparado textos propios se expresen. En ese momento, entre aplausos, chiflidos y risas quedaron expuestas las grietas.
El documento de Jesús Rodríguez (ahora en la AGN), que resume la visión oficial, refleja que Cambiemos fue una exitosa coalición electoral, que hoy funciona en el parlamento, pero que ahora debe «convertirse en una coalición política».
El radicalismo disidente, representado por los históricos Juan Manuel Casella y Ricardo Alfonsín (que no viajó por salud), pidió lo mismo y fue más allá. Preocupado por la «extinción» del radicalismo bregó para que tengan voz propia. «No puede ser que un dirigente que no tiene cargo partidario se relacione individualmente con el Presidente sin rendir cuentas al partido. Hay que funcionar con institucionalidad», planteó en clara alusión a Sanz. Ordenó que como progesistas deben dotar a Cambiemos de mayor «sensibilidad social» y se mostró a favor de las primarias.
«La interna entre el (colegio) Champagnat y el Newman no define todo», disparó Federico Storani a su turno y solicitó «institucionalizar Cambiemos» porque «las decisiones que toman nos comprometen a todos».
El debate atrasó la mesa de Economía que al cierre de esta edición se desarrollaba y dejaba sin tiempo a los talleres de trabajo. El cierre será mañana, con la difusión del documento oficial, cuyo tono es lo que todavía evaluan con pulso de cirujano.