31 de agosto, 2017

A partir de mañana el zoo porteño cerrará por dos años

Empezarán las obras para convertirlo en un ecoparque; seguirá el traslado de animales, aún pendiente

El viernes se cerrará al público el zoo porteño para reabrir sus puertas dentro de dos años, cuando la promesa del ecoparque empiece a tomar forma.

 

Durante este tiempo, se avanzará con obras en los dos extremos del predio para crear más espacios verdes y recuperar edificios de valor histórico que albergarán actividades culturales, de investigación y consumo responsable. Mientras duren los trabajos, algunos animales deberán ser reubicados dentro del mismo zoo.

 

En forma paralela, continuará la derivación de los ejemplares que puedan ser trasladados a santuarios y reservas para liberarlos del cautiverio, la gran deuda pendiente del anuncio realizado hace un año. Esta primera etapa de tareas también prevé mejoras en los recintos de los animales.

 

Las obras arrancarán en las márgenes sobre la Avenida del Libertador y frente a la plaza Italia, donde hay menos concentración de ejemplares. Cerca del cruce de Las Heras y Sarmiento viven actualmente seis osos (dos pardos y cuatro de anteojos) y funciona el serpentario; en la otra punta están los tres chimpancés y la orangutana Sandra, declarada por la Justicia persona no humana.

 

 

Cuando a mediados de 2018 avance la segunda parte de los trabajos de transformación, los especialistas esperan haber derivado a todos los animales próximos a los sectores intervenidos. Los osos y Sandra, por ejemplo, serán derivados a nuevos destinos; por la orangutana hay conversaciones con un santuario norteamericano.

 

Para los chimpancés y las serpientes se planea una derivación dentro del predio, explicó Manuel Pascual, jefe de gabinete del ecoparque. El grupo de primates no puede ser por ahora derivado afuera porque uno de ellos, Martín, es de edad avanzada y se prioriza la unión familiar del grupo. De todas maneras, aclaró el funcionario, todos los movimientos dependerán de las condiciones de los animales. «Cada pliego de obra tiene un anexo sobre bienestar animal», agregó Rodrigo Fariña, gerente de Conservación.

 

La etapa de trabajos que empieza mañana incluye la demolición de edificios que no están protegidos patrimonialmente y la puesta en valor de los que sí lo están. «Escuchamos propuestas de distintas ONG, universidades y otras instituciones para que intervengan con concesiones en los edificios históricos, algunos de los cuales pueden ser de acceso gratuito y otros no», explicó Pascual.

 

La Universidad de Tres de Febrero (Untref) montará en la histórica Confitería del Águila una muestra de arte sobre calentamiento global, ejemplificó el funcionario. El acuario y la osera son otros de los inmuebles que aguardan por su refuncionalización.

 

Se colocarán nuevos solados, que recuperarán el recorrido histórico del parque. Desde la plaza Italia se abrirán nuevos accesos al Zoo. Habrá también más sectores parquizados (estiman 4,5 hectáreas de parque de acceso gratuito), lo que incluirá la recuperación del margen del lago Darwin para los visitantes. También se colocarán elementos de interpretación como parte del paradigma educativo del futuro ecoparque. La primera etapa de obras incluye nueva infraestructura de servicios.

 

Los trabajos serán monitoreados por los llamados «guardianes de obra», empleados antes abocados a la atención del público que ahora supervisarán junto con los equipos de obra y veterinario el cumplimiento de la planificación y el comportamiento de los animales ante los cambios en el predio de Palermo.

 

Como se dijo, se incluirán intervenciones en los hábitats para mejorar la calidad de vida de la fauna. Se instalará, por ejemplo, piso de goma de alta densidad en parte del recinto donde viven las tres jirafas.