12 de julio, 2017

El Papa Francisco evalúa visitar Argentina en el 2018

La concreción del viaje está condicionada a la existencia previa de un clima de pacificación política y social en el país

Existe la posibilidad de que en 2018 el Pontífice regrese a su país por primera vez desde que fue elegido jefe universal de la Iglesia Católica. La información fue confirmada por fuentes eclesiásticas argentinas y por funcionarios del vaticano.

 

Ahora no están dadas las condiciones sociales y políticas para una visita del Papa a la Argentina debido a la profunda fractura que existe entre kirchneristas y antikirchneristas, o entre macristas y antimacristas, crea una situación que contradice los postulados de acuerdos y acercamientos que pregona el Papa. Su vieja te-oría de la «cultura del encuentro» choca en su país con una tenaz lógica del enfrentamiento.

 

Tres hechos concretos confirman aquella información sobre el eventual viaje papal. La primera de ellas es que dejó fuera a Uruguay de su próxima gira latinoamericana por Chile y Perú, que se realizará a fines de enero.

 

Hasta hace unos meses la diplomacia vaticana trabajaba en una gira que incluía la Argentina, Chile y Uruguay y que se realizaría en noviembre próximo. El calendario electoral chileno obligó al primer cambio. El 19 de noviembre se realizarán en Chile las elecciones presidenciales para elegir al sucesor de Michelle Bachelet. El Papa, según fuentes vaticanas, prefirió no visitar el país transandino en medio de una batalla electoral por la presidencia.

 

La postergación para fines de enero coincidió con informes diplomáticos que señalaban que la confrontación argentina no cesaba. Entonces se agregó Perú, país al que el Papa le debía una visita después de haber estado en Ecuador y Bolivia. Ecuador y Perú tienen una vieja disputa por límites fronterizos. Y Bolivia les hace reclamos fronterizos a Chile y a Perú. Uruguay podría formar parte, por lo tanto, de una gira que incluyera la Argentina.

 

El segundo hecho es que, según funcionarios vaticanos, el Papa dio instrucciones para que en su viaje de enero a Chile y Perú no haya sobrevuelo de su avión sobre el espacio aéreo argentino. En caso de ser imprescindible, Francisco ordenó que se previera un descenso del avión en una provincia argentina, donde estaba dispuesto a oficiar una misa y prometer para más adelante una visita más extensa. «Esta vez no se conformaría con un telegrama de saludo desde el avión», dijeron los funcionarios en alusión a cuando viajó a Paraguay y le envió a Cristina Kirchner un telegrama desde el espacio aéreo argentino.

 

El tercer hecho es que el Papa no les habló directamente a los argentinos para descartar un viaje en el próximo año, como sí lo hizo en 2016 para informarles (mediante un mensaje grabado para televisión) que no vendría al país en 2017.