29 de octubre, 2017

Multitudinaria marcha en Barcelona a favor de la unidad con España

Opositores al movimiento independentista denunciaron "un ataque sin precedentes en la historia de la democracia"

Cientos de miles de personas se manifestaron con aire festivo para «recuperar la sensatez y la convivencia» en la Cataluña tensionada por el separatismo en la que, por primera vez, marcharon referentes clave de la izquierda.

 

El presidente del Partido Socialista Catalán (PSC) Miqel Iceta, entre otras figuras del partido, caminó junto a dirigentes del Partido Popular (PP) y de Ciudadanos. Es la primera vez que el socialismo se suma formalmente y como partido a este tipo de convocatorias.

 

La convocatoria tuvo la particularidad adicional de ser la primera que ocurre después de que una declaración de independencia haya activado la intervención de la autonomía. Según los organizadores, los asistentes a la marcha superaron el millón, mientras que los números de la policía hablan de unos 300.000.

 

Fue la primera reacción popular clara a esa inédita medida dispuesta por el gobierno central y que para las destituidas autoridades autonómicas fue «un golpe de Estado».

 

La masiva marcha bloqueó la ciudad. Se vieron carteles con la leyenda «el 38 por ciento no es Cataluña», escritos en varios idiomas, como una forma de hacer llegar el mensaje fuera de la región.

 

«Emperadores de la ambigüedad», calificó el ex ministro socialista Josep Borrell a los referentes independentistas. «No pueden decir que la intervención es un golpe de Estado. Está basada en un artículo de la Constitución hecho expresamente para defenderla», espetó Borrell.

 

Uno de los oradores más aclamados fue el ex titular del Partido Comunista Español, Francisco Frutos, para quien el independentismo es «una miserable discriminación».

 

Referentes independentistas cargaron contra la masiva marcha en las redes sociales. «Es una concentración de fascistas», dijo el diputado de Izquierda Republicana (ERC), Gabriel Rufián.

 

La marcha fue convocada por la Sociedad Civil Catalana con el apoyo de los principales partidos no separatistas.

 

Se trata de una forma de responder a las mucho más reducidas concentraciones de júbilo que hicieron los independentistas el viernes para celebrar el nacimiento del «nuevo país».

 

Hubo banderas de Cataluña, de España y de la Unión Europea. Los carteles decían «todos somos Cataluña» y pedían «sensatez y sentido común». Fue un llamado contra «el mundo paralelo» en el que viven los independentistas y a favor de la «recuperación de la democracia y de la convivencia», según explicaron los participantes.