Y el mundo sigue sin poder creer de lo que Lionel Messi es capaz pese a que su talento se despliega una y otra vez de manera incansable como lo hizo ayer en el Camp Nou.
Messi es de otra galaxia. Que placer verlo jugar. #elmejordetodoslostiempos
— Carles Puyol (@Carles5puyol) 18 de diciembre de 2016
Barcelona ganaba 1 a o sin mayor destaque hasta que La Pulga tomó la batuta, se puso el frac y la orquesta sonó como nunca o, en realidad, como siempre que él se inspira. Y el partido, claro, terminó 4-1 para los de Luis Enrique.
Sobre el minuto 66 recibió la pelota del superlativo Andrés Iniesta a escasos dos metros de la línea de ingreso al área grande. Frente a él, cuatro rivales dispuestos a cercar su avance: caño al primero y los otros tres dejados en ridículo con un pie a pie inolvidable del rosarino, del genio, el extraterrestre, el que todo lo puede dentro de un rectángulo verde. Remató al gol y el arquero dio rebote para impedir la perfección pero allí estaba Luis Suárez para hacer justicia.
Y hubo delirio de las más de 50 mil personas presentes en el estadio del Barcelona que ovacionando la maravilla: «Meeeeeessi, Meeeeeessi, Meeeeeessi», cantaron todos mientras completaban la escena con gestos de alabanza.