El inicio de los vuelos comerciales desde el aeropuerto de El Palomar, en la zona oeste de Buenos Aires, tuvo algunas complicaciones ajenas a la compañía y a las autoridades.
El avión de la aerolínea Flybondi que debía aterrizar a las 7:15 partió dos horas más tarde de lo previsto de Córdoba por una tormenta eléctrica. Y cuando estaba llegando a Buenos Aires decidieron desviarlo hacia Ezeiza, también por cuestiones climáticas.
Flybondi tenía previsto inaugurar el viernes los vuelos comerciales desde la base militar que fue remodelada especialmente en los últimos meses para adaptarla a las compañías low cost a las que el gobierno nacional busca darle impulso.
Sin embargo, en el aeropuerto la felicidad y expectativas por el primer viaje dieron paso al nerviosismo por las demoras.
Julian Cook, CEO de Flybondi, se refirió a los pormenores que enfrentó la empresa en los últimos días y afirmó que «son cosas que pasan en todas las aerolíneas, pero entendemos que ahora estamos en el foco de atención y por eso nos reclaman».
En ese sentido, el empresario suizo remarcó que el transporte aéreo «es la forma más segura de viajar» y por tanto desestimó las críticas a la seguridad de las operaciones tras dos episodios recientes que provocaron críticas.
En enero, un vuelo de prueba debió ser abortado y hace pocos días decidieron trasladar por vía terrestre las valijas de los pasajeros del trayecto Bariloche-Córdoba para no sobrecargar la aeronave.