La muerte de Emmanuel Garay, uno de los 12 cadetes que terminaron internados a raíz del entrenamiento extremo de la Escuela de Cadetes de La Rioja, provocó un giro en la investigación.
En ese sentido, el fiscal general Hugo Montivero, modificó la carátula de la causa de «lesiones graves» a «homicidio».
El fiscal federal de La Rioja indicó que anoche «se imputó y se ordenó la detención de ocho personas», entre ellos los cuatro comisarios y cuatro oficiales que estaban a cargo del entrenamiento y que ya habían sido encarcelados tras conocerse el hecho.
Cabe consignar que el joven de 19 años falleció este sábado como consecuencia de un paro cardíaco luego de estar internado durante cinco días.
El joven, junto a otros 11 cadetes, debió ser trasladado este lunes al Hospital Enrique Vera Barros, de la capital provincial, después de que fueran obligados a realizar ejercicios extremos a 40 grados de calor entre las 5 y 13 del lunes.
«Cuando hacían lagartijas, se cubrían sus manos con la propia ropa por el calor del asfalto», detalló Montivero en diálogo con radio Cadena3 de Córdoba.
Los familiares de los cadetes sospechan que no solo hubo negligencia durante la instrucción, sino también abusos policiales de diverso tipo, como «bailes» -así eran llamadas las prácticas de la Escuela a las fatigosas instrucciones- o a la negativa de los superiores a darles agua.
«Mi hermano no soportó un ataque al corazón. Nuestra familia está destruida. Era nuestro hermano más chico, de 18 años. El lunes fue su primer día en la Escuela de Oficiales y esa tarde ya estaba en coma, luchando por su vida», añadió Adrián Garay en declaraciones al canal TN y A24.
El último parte médico brindado por el Hospital Vera Barros, indicaba que Garay que se encontraba «en estado crítico, con pronóstico reservado y un seguimiento de hora a hora».
Tras conocerse el escándalo, el gobernador de La Rioja, Sergio Casas, dispuso la inmediata remoción de la cúpula de la Escuela de Oficiales de la Policía provincial y abrió una investigación interna para determinar la responsabilidad de cada uno de los directivos de la institución.
La medida abarca desde la autoridad de máximo rango del instituto, hasta el instructor a cargo, siguiendo la cadena de mandos que tienen a cargo los alumnos, de entre 19 y 26 años, aspirantes de la policía.
«La escuela va a cambiar, tiene que cambiar porque esto que ha pasado es grave y amerita una revisión profunda; no sólo de análisis médicos respecto a la salud de los inscriptos, sino también del entrenamiento físico, protocolo áulico y todas las cuestiones», se comprometió el ministro de Gobierno a cargo, Juan Luna.