Un emisario del Ministerio de Seguridad entregó en la fiscalía federal de Esquel una denuncia contra siete integrantes de la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen y un supuesto amigo de Santiago Maldonado por falso testimonio.
La administración de Mauricio Macri considera que estas personas, al momento de declarar como testigos en la causa caratulada como «desaparición forzada», desplegaron «compendios de mentiras».
Los denunciados son el joven Matías Santana; Claudina y Ailinco Pilquiman; Soraya Guitart, vocera de la comunidad; Adriana Baigorria; Andrea Millañanco, compañera del lonko Facundo Jones Huala, y Lucas Pilquiman, quien se hizo conocido como el «testigo E».
También fue apuntado Ariel Garzi, amigo de Maldonado, quien dijo que el 2 de agosto, un día después de la desaparición del tatuador, llamó a uno de sus teléfonos y fue atendido durante varios segundos.
Gonzalo Cané, titular de la Secretaría de Cooperación con los Poderes Judiciales y Ministerios Públicos, de la cartera que conduce Patricia Bullrich, fue quien acercó la denuncia a la fiscalía federal de Esquel, a cargo de Silvina Ávila.
La instrucción estará supervisada por el juez federal de esa ciudad, Guido Otranto, cuya esposa es secretaria de la fiscalía de Ávila, y quien estuvo al frente de la causa Maldonado hasta su recusación y reemplazo por el magistrado de Trelew, Guillermo Lleral, quien actualmente investiga la muerte de Santiago.
El delito de falso testimonio prevé una pena de hasta cuatro años de prisión. A Matías Santana se lo acusa por sus declaraciones respecto del momento en que ocurrió el operativo represivo de Gendarmería Nacional en la Pu Lof el 1º de agosto pasado.
El joven mapuche de 20 años dijo que él había visto cómo los agentes se llevaban un bulto donde él vio una campera celeste, igual a la suya, que se la había prestado a Maldonado.
Claudina Pilquiman es la madre de Lucas, el «testigo E» quien, ante el juez Lleral, dio un relato detallado de cómo fueron los últimos minutos que vio con vida al tatuador, qué relación tenía con él, cuál fue el contexto en el que murió, que los gendarmes gritaban «indios de mierda» y «maten a uno».
Según declaró ante la Justicia Pilquiman, el último momento que vio a Santiago Maldonado fue cuando ambos intentaban cruzar el río, pasadas las 11 del 1º de agosto, mientras entraban «unos 70 gendarmes» a la Pu Lof.
Pero el joven nacido en el pueblo bonaerense de 25 de Mayo, que no sabía nadar y le temía al agua, le dijo, ya con el agua por el pecho, «no puedo, Peñi, no puedo». Entonces él cruzó el río: «La última vez que lo vi estaba escondido de Gendarmería entre los sauces».
La denuncia, a la que tuvo acceso Infobae, consiste en indagar sobre las inconsistencias de las declaraciones de los apuntados, en lo que para el gobierno fue un «ahogamiento accidental».
«Los testimonios fueron condición necesaria para la posterior construcción del relato por parte de determinados funcionarios judiciales, referentes políticos y miembros de organizaciones de derechos humanos, quienes no dudaron en calificar el ahogamiento accidental del señor Maldonado en el río Chubut como una desaparición forzada de persona», establece el documento.