Al presidir la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco cargó contra el «exterminio» que se está cometiendo en Siria y pidió una solución a la crisis de Venezuela.
El sumo pontífice dijo sobre Siria, que la población de ese país está «extenuada por una guerra que no tiene fin», llamó a «todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas» que la población necesita «urgentemente».
Respecto a Venezuela, pidió que su pueblo, que «vive en una especie de ‘tierra extranjera’ en su propio país» encuentre «la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria».
Asimismo, Francisco condenó el hambre, los conflictos y el terrorismo en África, especialmente mencionó a Sudán del Sur y a República Democrática del Congo.
Previamente el Papa presidió la misa del Domingo de Resurrección en la plaza vaticana y pronunció una homilía de manera espontánea, sin leer ningún discurso escrito.