El decreto 1096/2024, publicado esta madrugada en el Boletín Oficial, es el último del paquete normativo que apuesta por reformar el sistema de rendición de gastos de las casas de altos estudios nacionales
Luego de retomar el conflicto con las universidades nacionales, el Gobierno nacional modificó el reglamento del régimen de contratación en la Administración Pública, con el objetivo de garantizar el control efectivo de los recursos y asegurar la transparencia en los procedimientos.
Los cambios se hicieron efectivos mediante la publicación en el Boletín Oficial del decreto 1096/2024, en el que se sustituye el artículo 14 relacionado con la procedencia de la contratación directa. De esta manera, el Gobierno eliminó el apartado que establecía: “Las contrataciones que se encuadren en el apartado 10 del inciso d) del artículo 25 del Decreto Delegado N° 1.023/01 y sus modificatorios y complementarios deberán sustanciarse por compulsa abreviada, con la excepción de aquellos procedimientos que bajo esta causal tramite el Ministerio de Desarrollo Social, los cuales podrán efectuarse por adjudicación simple”.
Además, el Ejecutivo introdujo cambios a los aspectos vinculados a la publicidad de la compulsa abreviada y de la adjudicación simple. Así, fijó que la convocatoria a presentar ofertas debe efectuarse como mínimo a través de los siguientes medios:
En simultáneo, derogaron los artículos 23, 23 bis y 24 del reglamento que establecían las bases sobre la procedencia de la adjudicación simple con universidades nacionales y la economía social.
Este decreto es el cuarto de un paquete normativo que preparó el Gobierno nacional parareformar la rendición de gastos de las universidades y las organizaciones de la economía social.
Los tres primeros fueron publicados a finales de la semana pasada e implican la adopción obligatoria de sistemas electrónicos nacionales como COMPR.AR, CONTRAT.AR y el Sistema Integrado de Información Financiera Internet (e-SIDIF). Además, se restringieron al mínimo la posibilidad de firmar “convenios interadministrativos” con entes públicos o cooperativas, que quedaban fuera de los controles del Estado Nacional.
En una serie de decretos elaborados por los ministerios de Capital Humano, Descentralización y Economía, el Gobierno dejó abierta una instancia de negociación al no fijar cronogramas ni fechas límite para su implementación. “Queremos el diálogo”, afirmaron fuentes oficiales.
Este enfoque se produce en un contexto donde las investigaciones de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), con quien la UBA mantiene una disputa en tribunales, revelaron la existencia de unos 2.400 convenios con irregularidades y montos multimillonarios.