La iniciativa, del legislador Pablo Ferreyra y acompañada por el diputado Gabriel Fuks, tiene por objetivo «prevenir y sancionar el acoso sexual, producido en espacios públicos o de acceso público, en los que se hostigue, maltrate o intimide y que afecten en general la dignidad, la libertad, el libre tránsito y el derecho a la integridad física o moral de personas basados en su condición de género, identidad y orientación sexual».
El texto precisa que acoso sexual verbal o físico «es toda conducta unidireccional, física o verbal, producida por una o más personas en contra de personas, basado en su condición de género, identidad y orientación sexual que no desean o rechazan estas conductas por considerar que afecta sus derechos a la dignidad y a la integridad».
También indica que este tipo de acoso callejero puede manifestarse a través de conductas como «comentarios sexuales, directos o indirectos al cuerpo; fotografías y grabaciones no consentidas a partes íntimas; contacto físico indebido o no consentido; persecución y arrinconamiento; y masturbación y exhibicionismo». Y establece penas de hasta diez días de trabajo de utilidad pública y multas de hasta 1000 pesos a quien cometa la contravención.