El Gobierno informó que ya se aprobaron dos proyectos energéticos y otros nueve están en evaluación. Las iniciativas provienen principalmente en sectores estratégicos como energía, petróleo, gas y minería
A ocho meses de la implementación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), una de las apuestas clave del gobierno de Javier Milei para atraer capital extranjero y dinamizar sectores estratégicos de la economía, ya se observan los primeros resultados concretos. Según información oficial citada por el sitio especializado Bloomberg Línea, hasta ahora se inscribieron once proyectos de inversión, de los cuales dos fueron aprobados y los nueve restantes se encuentran en proceso de evaluación.
El total de las inversiones comprometidas asciende a USD 15.200 millones, concentradas fundamentalmente en sectores como energía, petróleo, gas y minería. De ese monto, cerca de USD 2.700 millones ya corresponden a proyectos formalmente aprobados, mientras que el resto sigue pendiente de aprobación.
Entre los proyectos ya avalados, se destacan:
El RIGI, sancionado en 2024 y reglamentado en agosto de ese año, establece un marco de beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios para grandes inversiones, con garantías de estabilidad jurídica por 30 años. Según explicó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su última exposición ante la Cámara de Diputados, el régimen “no generará impacto fiscal en 2025”, ya que los beneficios se computarán únicamente cuando las inversiones generen ingresos o cuando efectivamente se postergue el pago de tributos como el IVA.
Nueve proyectos en evaluación
Actualmente, las autoridades analizan la incorporación de otros nueve proyectos al RIGI, que representan inversiones por miles de millones de dólares. Son los siguientes:
Estos proyectos abarcan sectores considerados estratégicos por el Gobierno, como el litio, el gas natural, el cobre, la energía renovable y la industria siderúrgica.
El régimen define dos categorías de proyectos: los que superan los USD 200 millones de inversión mínima y los Proyectos de Exportación Estratégica de Largo Plazo, con un piso de USD 2.000 millones. Para mantener los beneficios, las empresas deben cumplir metas de inversión parciales en los primeros años: 40% del monto comprometido para proyectos estándar y 20% para los de largo plazo.
El plazo para adherirse al régimen vence en agosto de 2026, aunque el Ejecutivo tiene la potestad de extenderlo por un año más. Cada solicitud de adhesión debe resolverse en un máximo de 45 días hábiles, salvo que se solicite información adicional.
Desde el oficialismo, destacan que el RIGI busca crear un “marco de previsibilidad y estabilidad de largo plazo” que incentive la llegada de grandes capitales en sectores clave para la transformación productiva y el crecimiento de las exportaciones. La expectativa es que la reciente flexibilización parcial del cepo cambiario y los avances en las negociaciones con el FMI contribuyan a agilizar el flujo de nuevas inversiones en los próximos meses.
Mientras tanto, en el sector privado hay cautela, aunque también optimismo. Fuentes empresarias señalaron a Bloomberg Línea que el nuevo entorno macroeconómico mejora las condiciones, pero advierten que todavía persisten desafíos regulatorios y de infraestructura que podrían ralentizar algunos proyectos.
Con dos proyectos ya aprobados y otros nueve en proceso, el RIGI empieza a tomar velocidad. El Gobierno apuesta a que, si las condiciones macro se estabilizan, en el transcurso de 2025 y 2026 comiencen a materializarse las primeras grandes inversiones reales, en obras y en generación de empleo.