Cerca de las 8 de la mañana los primeros familiares de los 90 caídos en la guerra, identificados meses atrás por la Cruz Roja, ingresaron en el Cementerio de Darwin remodelado para homenajearlos.
Por el pronóstico, la ceremonia se adelantó -originalmente estaba prevista a las 11- y terminó pasadas las 10.30 y se estima que los familiares, con los periodistas y funcionarios que viajaron, estarán arribando a Ezeiza entre las 17.30 y las 18 de este lunes.
En la ceremonia tocó la guardia escocesa, con sus clásicas vestimentas vestimentas con polleras. Los escuchaban los familiares, muchos parados, pero las señoras mayores, acaso las más afectadas, sentadas en algunas sillas.
El acto tuvo fuerte carácter religioso, tanto que hubo tiempo para rezar un Padre Nuestro y que los más creyentes comulgasen. Habló monseñor Enrique Seguí, arzobispo auxiliar de Buenos Aires y cercano a Francisco. En su discurso, destacó la importancia de la «unidad y la paz» y parafraseó al Papa cuando abogó «por la cultura del encuentro».
Entre los familiares, tuvo la palabra Fernanda Araujo. Rescató haber tenido «unas pocas horas muy necesarias», y que esperaba que fueran «el comienzo para que los familiares sigan volviendo a Malvinas». También recordó el «momento difícil» vivido el día anterior, con algunas discusiones en la previa del viaje entre familiares, que mantienen aún hoy diferencias.
El lugar fue acondicionado por Tim Miller, un isleño que dejó el cementerio sumamente prolijo, con rosarios nuevos, flores de tela, todo en colores tenues. Darwin ya había sido remodelado en 2004.
Dentro de los 246 pasajeros que aterrizaron esta mañana en las islas, además de familiares y periodistas, hubo funcionarios, con el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj a la cabeza, así como también estuvieron presentes autoridades de Aeropuertos Argentina 2000, la compañía que financió el operativo y la restauración del cementerio años atrás.
Entre representantes de esta compañía se contaba a Hugo Pascual, que piloteó una de las naves. También él viajó aquí como ex combatiente. Durante la guerra, manejaba aviones anti-submarinos. Su copiloto para este viaje fue Rafael Cornejo Solá, otro veterano de guerra.
De la ceremonia también participó Geoffrey Cardozo, el oficial del Ejército británico que levantó el cementerio de Darwin y trabajó en el proceso de desenterramiento, identificación y enterramiento de los caídos en el archipiélago.
Para una jornada que se preveía emotiva y dura, se instalaron carpas y viajó un equipo de psicólogos para contener a los familiares.