La ex fiscal, Viviana Fein, se refirió a la investigación de la muerte de Alberto Nisman y aseguró que no hubo ninguna prueba “precisa, certera y contundente” de que haya sido un homicidio.
«Cualquiera de las tres hipótesis es la verdad: suicidio, inducción u homicidio», expresó, y explicó por qué a lo largo de esos 11 meses no elaboró un dictamen: «Hubiese sido prematuro enrolarme en una teoría».
En diálogo con Luis Novaresio en A24, Fein dijo que durante su instrucción realizó «innumerables medidas de prueba tendientes a demostrar la verdad».
«De las tres hipótesis no había ninguna prueba certera, precisa y contundente de que fuera un homicidio», sostuvo Fein, y añadió: «Tampoco puedo decir que no apareciera o que con el tiempo no se configurara esa medida».
«De haber tenido los emails de los últimos tiempos de Nisman y de haber podido recopilar su historia informática, con quiénes frecuentaba y con quiénes se hablaba, hubiese podido construir una hipótesis», lamentó.
La ex fiscal recordó que pudo saber que durante el domingo 18 de enero de 2015 se registraron comunicaciones «no habituales» entre los ex agentes de la SIDE Antonio Stiuso, Alberto Massino, Fernando Pocino, y el entonces jefe del Ejército César Milani.
«Cuando los cité a prestar testimonial para escuchar los motivos de esa conversación, la relevancia del diálogo, todos aludieron a un partido de fútbol ese fin de semana, o a la denuncia de Nisman, fueron referencias muy genéricas», dijo Fein.
Fein también dedicó unos minutos a hablar sobre el rol del entonces secretario de Seguridad Sergio Berni, quien estuvo en el departamento de Le Parc la noche que el ex fiscal del caso AMIA fue hallado muerto.
«Desde que yo llegué, Berni estuvo atrás mío en todo momento. Él podía estar como en todos los hechos de estado público a los que concurrió. Cualquiera que lea su trayectoria va a ver las causas en las que participó. Yo entendí que era una colaboración, a tal punto que siempre caminó atrás mío y después de una hora se retiró».
La ex fiscal, que fue desplazada por la jueza Fabiana Palmaghini en diciembre de 2015, describió en forma pormernorizada cómo fue el operativo que se realizó durante la madrugada y se defendió de las críticas.
«Se ha dicho que pisé, que chancleteé la sangre. Se han manejado de una forma tan grotesca que no entiendo por qué», manifestó.
Cuando se le preguntó si alguien pudo haber ingresado al baño antes de que ella arribara al departamento de Puerto Madero, remarcó: «Sara Garfunkel (la madre de Nisman) dijo que nunca entró nadie al baño hasta la llegada de la fiscal y del juez».
Sobre el rol de Diego Lagomarsino, Fein recordó que lo citó a prestar declaración testimonial a los tres días de iniciado el expediente por haberle acercado a Nisman el arma que lo mató.
«Le pedí a Palmaghini la prohibición de salida del país por el futuro o presunto rol procesal que pudiera tener. ¿Por qué no podía avanzar con Lagomarsino? Porque no podía encontrar pruebas que lo comprometieran más allá de la facilitación del arma».
Además, la primera fiscal del caso Nisman acusó a la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex mujer del titular de la UFI AMIA y querellante en la causa, de «mentir y ensuciarla gratuitamente».
«Me he tenido que bancar muchas felicitaciones y muestras de cariño y también malos tragos de algunas personas en la vía pública», concluyó Fein.