28 de septiembre, 2017

El Gobierno porteño impulsa un proyecto para evitar el zoning

Desde la ciudad tienen como objetivo que con la creación del Código Urbanístico nadie tarde más de 30 minutos en moverse de su casa al trabajo

El Gobierno de la Ciudad encaró una reforma del Código de Planeamiento Urbano, aquel que regula la organización del tejido edilicio y la distribución de usos de suelo -vigente desde 1977 sin cambios- y quiere reconvertirlo con otro nombre: el Código Urbanístico.

 

Al respecto, el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Franco Moccia, expresó: «Ese documento está pensado con criterios que no rigen las ciudades hoy. El básico es la sustentabilidad, que no está incluida. El transporte público también cambió: antes se pensaba en hacer más autopistas hacia el centro y que la gente viviera afuera de la ciudad, pero hoy es exactamente al revés, porque las nuevas generaciones quieren vivir cerca».

 

Además explicó que, si bien pueden generarse ciertas polémicas alrededor de algunos puntos, no encontró «a nadie que defienda el Código actual» y que no esté de acuerdo con la necesidad del cambio. Con la transformación del documento, explicó, se busca evitar el concepto de zoning, es decir, pensar en las diferentes áreas de las metrópolis como compartimentos estancos claramente divididos según su principal «uso», como el trabajo o la vivienda. Detalló que el gobierno de la ciudad tiene como objetivo impulsar las áreas de usos mixtos y que el objetivo es que nadie tarde más de 30 minutos en moverse de su casa al trabajo.

 

«Hoy, por ejemplo, en Barracas un galpón solamente se puede reemplazar por un galpón y no una residencia, porque esa zona está pensada para el trabajo. Eso no tiene sentido en términos de calidad de vida y sustentabilidad», subrayó. Como ejemplo de lo ideal señaló al barrio de Núñez y explicó que el nuevo modelo publicará en la Web todas las parcelas disponibles y lo que se podrá hacer con ellas. «Pasaremos del arbitraje de información a la simetría de información», dijo.

 

Asimismo, Moccia resaltó que el nuevo Código Urbanístico -que todavía debe pasar por la Legislatura porteña- tiene como pilar la previsibilidad, ya que el documento que rige hoy da lugar a segundas interpretaciones. «Hoy, según el libro que tomemos, podemos llegar a distintas conclusiones sobre la misma parcela. Lo que buscamos es que la información sea transparente, disponible y unívoca», explicó.

 

De ser aprobado por la Legislatura, el documento fijaría alturas máximas en calles, avenidas y pasajes y se eliminarían el Factor de Ocupación del Suelo (FOS), el Factor de Ocupación Total (FOT) y la tangente, los parámetros matemáticos que determinan actualmente el volumen máximo de construcción permitida. En ese sentido, Moccia explicó que «aplicar esa fórmulas genera esquinas enanas y medios de manzanas altos que no tienen sentido» y que la idea es apostar por la homogeneidad.

 

De ese modo, además, el gobierno de la ciudad busca eliminar lo que los funcionarios llaman «torres sorpresa» o la posibilidad actual de juntar parcelas en zonas bajas y poder construir en altura. «Eso se elimina: ahora las alturas estarán reguladas por el ancho de las calles con un máximo de 38 metros en las avenidas y la excepción en zonas de desarrollo, donde se podrán construir torres», dijo el ministro.

 

Sobre el cuidado del patrimonio histórico de la ciudad explicó que el documento prevé la incorporación de incentivos para que así suceda. La herramienta de Capacidad Constructiva Transferible (CCT) permite «transferir» metros cuadrados de un edificio catalogado a un Área de Desarrollo como el Riachuelo o la avenida General Paz. «Se va a poder vender el espacio aéreo de los edificios de patrimonio histórico y lo que no se construye en esa propiedad se va a poder usar en zonas de desarrollo», explicó.